Dios tenia un plan maravilloso para el hombre desde el principio de los tiempos, Dios formo al hombre y lo doto de muchas cosas pero sobre todas ellas le dio libertad, la libertad de decidir, el proposito de Dios era crear al hombre para convivir con el , para amarlo en comunion perfecta, para cuidarlo, para caminar a su lado, para que pudiera escuchar su voz, fue diseñado para ser feliz con el amor de Dios, no sin el.
Pero el hombre decidio que eso no era suficiente, esa misma libertad lo corrompio, lo atrajo el susurro de una vida “independiente” conocio el pecado y lo sedujo.
Y con esa nueva vida “independiente” vino el pecado, el pecado es todo aquello que va en contra de la voluntad de Dios, no tiene que ver exclusivamente con matar o serle infiel a una esposa.
“Que se le va a hacer, asi es la vida” se pudiera pensar, pero en la realidad de Dios (que es la que manda se quiera o no) eso no basta.
A toda accion corresponde una reacción, el pecado es una mala decisión que conlleva una consecuencia.
Nuestros actos no son independientes de una realidad fruto de esa decisión sea esta buena o mala o desastrosa en el peor de los casos, consecuencias que podemos experimentar de inmediato o en un plazo relativamente corto.
El que engaña a su mujer se engaña a si mismo, invita a la traicion a su casa, a la frialdad, la crisis, la separación o a una vida de mentiras.
El que le gusta vivir “libremente” en la diversion del alcohol o las drogas pronto se vuelve esclavo de esa adicción y le dice adios a su voluntad.
A los que les gusta vivir una vida sexual sin restricciones estan propensos a embarazos no deseados, a matrimonios por compromiso o a la fuerza, a hijos desatendidos, a enfermedades y comienza un circulo vicioso.
El que compra un examen con todas las respuestas u obtener ventaja a traves del fraude o la tranza llegara a puestos altos donde tomara decisiones que afectaran a otros.
Hablamos de reaccion, de consecuencia en el momento , en esta vida, pero hay otra consecuencia: buena o mala fruto de nuestras decisiónes, de nuestra libertad, la que tiene Dios cuando dejemos de existir y esta es clara: “Por cuantos todos pecaron, estan destituidos de la gloria de Dios” Romanos 3:23
Dios nunca dejo de amarnos, no importando que despreciaramos esa vida maravillosa a su lado completamente diseñada para nosotros. A pesar de todo Dios busco la manera de darnos una salida, un escape al pago justo de nuestras acciones o de nuestra decisión sobre el: Ofreciendo a su hijo para morir en lugar nuestro, llevando en su espalda el pecado del mundo, el pecado tuyo y el mio, el de millones, te imaginas el peso de millones de mentiras, de infidelidades, de envidias, de engaños, de asesinatos, de violaciones, de desprecios, de fraudes, de palabras obsenas, de pornografia, de codicia, de amargura, de engaños, de ofensas y desprecios a su nombre.
El pecado pesa, pero el lo cargo por que te ama, por que nunca ha dejado de hacerlo y a traves de ese sacrificio ahora podemos llegar a reconciliarnos con el, de empezar de nuevo de librarnos de ese fin de muerte.
Una muerte despues de la muerte.
